Otto Lilienthal, el hombre que voló antes que los hermanos Wright

Rubén, 18 agosto 2022
  • El Otto Lilienthal, el hombre volador, voló antes que los hermanos Wright, aunque él lo hizo en planeadores (no propulsado por un motor)

El deseo de volar de la humanidad es tan antiguo como la historia… Desde los planos de Da Vinci hasta las legendarias alas de cera de Ícaro, las ideas para alcanzar el cielo han surgido a lo largo de los siglos. Sin embargo, los casos reales de vuelo han sido esquivos hasta hace muy poco.

Otto Lilienthal, nacido en 1848 en la entonces Prusia, se sintió fascinado por los pájaros desde muy joven. Esta fascinación, combinada con sus estudios de ingeniería mecánica, sería decisiva para sus futuros experimentos.

Cuando tenía diecinueve años, él y su hermano Gustav crearon un frágil artilugio de vuelo con chapa de abedul. Las alas medían 2 metros y medio, y los hermanos planeaban atarse al artilugio y despegar corriendo por una colina mientras agitaban los brazos. Este experimento no tuvo éxito…

Tras un breve periodo de voluntariado como fusilero en la guerra franco-prusiana, comenzó a trabajar en una empresa de ingeniería en Berlín, aunque su entusiasmo por el vuelo no había disminuido. En 1873, junto con su hermano Gustav, ingresó en la Sociedad Aeronáutica de Gran Bretaña, coincidiendo con su primera conferencia pública sobre sus teorías acerca del vuelo de las aves.

Lilienthal publicó su libro El vuelo de las aves como base de la aviación en 1889 y un año más tarde comenzó sus primeros experimentos con planeadores. Los primeros vuelos en estas máquinas le llevaron a una distancia de unos 25 metros. A medida que fue mejorando sus diseños, acabó siendo capaz de planear hasta unos impresionantes 250 metros. Lilienthal llegó a construir un “fliegeberg” (colina de vuelo) especial en las afueras de Berlín donde realizaba sus escapadas aéreas. Allí registró más de 2.000 vuelos.

La colina de vuelo (fliegeberg) aun se conserva en Berlín

Los experimentos de Lilienthal lograron ganar la atención mundial gracias a otro importante avance tecnológico de la época: la fotografía de alta velocidad. Las imágenes captadas del “Hombre Volador” remontando las nubes cautivaron la imaginación de personas de todo el mundo e inspiraron a una futura generación de ingenieros e inventores. Estas fotos ofrecían la prueba de que el vuelo, que la humanidad había anhelado desde el principio de los tiempos, era algo más que un sueño.

De 1891 a 1896, realizó más de 2.000 vuelos en dieciséis planeadores diferentes.

Los planeadores fueron las “primeras aeronaves tripuladas con éxito” que se crearon y las contribuciones de Lilienthal al desarrollo de los aviones no deben subestimarse. Se le considera el contribuyente más importante a la investigación aerodinámica que precedió a los hermanos Wright y su influencia en la imaginación del público hizo que volar pasara de ser una quimera a una realidad tangible.

Planeador restaurado de 1894 expuesto en el Museo Nacional del Aire y del Espacio. Es uno de los cinco planeadores de Otto Lilienthal que se conservan en el mundo

Por desgracia, la carrera de Lilienthal en los cielos tuvo un final abrupto un domingo de 1896. Había decidido probar su planeador desde una colina natural en lugar de hacerlo desde el fliegeberg. Su ayudante registró que Lilienthal sólo consiguió mantenerse en el aire unos instantes antes de caer directamente al suelo quince metros más abajo.

Inicialmente, nadie pensó que las heridas de Lilienthal fueran mortales. Aunque estaba paralizado de cintura para abajo, todavía podía hablar de forma inteligible. Por desgracia, el inventor debió de sufrir algún tipo de lesión cerebral durante el accidente y falleció en silencio en Berlín al día siguiente. Al parecer, antes de perder la conciencia por última vez, Lilienthal pronunción la frase “hay que hacer sacrificios”.

El mundo lloró la pérdida del hombre volador, aunque su propio gran sacrificio no sería en vano. Cuando la noticia de la muerte de Lilienthal llegó a una pequeña tienda de bicicletas de Dayton (Ohio), los dos hermanos propietarios tomaron nota. Orville y Wilbur Wright también se habían interesado por los mecanismos del vuelo de las aves, pero no fue hasta que se enteraron de la muerte del famoso aviador cuando empezaron a adoptar un enfoque más activo de la aviación.

Wilbur declararía más tarde: “Lilienthal fue sin duda el más grande de los precursores, y el mundo tiene una gran deuda con él”. Los hermanos Wright utilizaron las investigaciones del aviador alemán como base para las suyas y pronto la gente de todo el mundo surcaría los cielos.

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