Rettungsbojen: Las boyas de rescate flotantes de la Luftwaffe

Rubén, 17 septiembre 2022

Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto la RAF (Reino Unido) como la Luftwaffe (Alemania) perdieron un gran número de pilotos en el mar.

  • Los británicos utilizaron un par de lanchas de alta velocidad que patrullaban el Canal de la Mancha y recogían a los pilotos derribados antes de que sucumbir ante los elementos.
  • Los alemanes utilizaron los aviones flotantes Heinkel He 59 que podían aterrizar en el agua, además de los barcos.
El servicio de salvamento marítimo alemán, o Seenotdienst, tuvo más éxito que el esfuerzo aliado. Tenían bases a lo largo de la costa de Dinamarca, Noruega, Países Bajos y Francia, cubriendo gran parte del Mar del Norte y del Mar Báltico. También recurrieron a la ayuda de las sociedades de rescate locales para aumentar su alcance.

El Seenotdienst era un servicio humanitario que no discriminaba entre los pilotos pertenecientes a la Luftwaffe y a la fuerza aérea enemiga. De hecho, una de las primeras operaciones importantes de rescate aéreo-marítimo, llevada a cabo el 18 de diciembre de 1939, involucró a un grupo de 24 aviadores británicos derribados en las aguas heladas del Mar del Norte.

Para mejorar la capacidad de supervivencia en el océano, se recomendó a los pilotos alemanes en problemas sobre el océano que hicieran un aterrizaje de emergencia en el agua en sus aviones en lugar de saltar en paracaídas. Cada avión estaba equipado con una balsa de goma inflable que mantenía a los aviadores fuera del agua y lejos de la hipotermia, mejorando así sus posibilidades de supervivencia. Los aviones británicos no llevaban nada parecido. Sus cazas sólo llevaban chalecos salvavidas que eran de poca ayuda contra el frío.

En 1940, la Luftwaffe desarrolló una boya de rescate flotante llamada Rettungsboje y ancló varias de ellas en el Canal de la Mancha. Estas boyas eran muy visibles y contenían comida, agua, mantas y ropa seca, para mantener vivos a los aviadores en apuros hasta que fueran rescatados.

Más de cincuenta de estas boyas fueron colocadas en el Canal de la Mancha durante 1940

Los Rettungsboje eran de forma cuadrada o hexagonal, tenían 2,4 metros de altura y una una superficie de unos 4 metros cuadrados. Además, contaba con una torreta de 2 metros de altura con una escalera y un mástil que servía como antena. Todo ello estaba rodeado de barandillas justo por encima y por debajo de la línea de flotación para que los pilotos derribados pudieran agarrarse. La boya estaba anclada al fondo del mar con una cuerda.

La cabina tenía espacio para cuatro personas, pero en caso de emergencia podían meterse varias más. Las baterías alimentaban las luces eléctricas, y si éstas se agotaban, también había lámparas de queroseno. Había dos camas de dos pisos y espacio suficiente en los armarios para el equipo de primeros auxilios, ropa y zapatos secos, raciones de emergencia y un suministro de agua.

También se podía preparar la comida en un hornillo de alcohol. Los juegos, los artículos de papelería, las cartas, etc., permitían distraerse hasta que se produjera el rescate.

Un transmisor de radio permitía a los aviadores varados enviar señales de SOS. También podían izar una bandera a rayas amarillas y rojas en el mástil para indicar a los barcos que pasaban que la boya estaba ocupada y necesitaba ser rescatada.

Tanto las unidades de rescate alemanas como las británicas revisaban las boyas de vez en cuando para recoger a los aviadores que encontraban y para reponer suministros. Antes de tener su propio servicio de rescate aéreo, los pilotos británicos tenían que depender casi por completo de su enemigo para sobrevivir…

“Para un aviador de la RAF ser derribado sobre el mar era una sentencia de muerte casi segura si los servicios de rescate alemanes no estaban cerca”, dijo el historiador militar, Dr. Richard North.

Finalmente, los británicos desarrollaron sus propias boyas de rescate y las desplegaron bajo las principales rutas que tomaban los bombarderos hacia y desde Europa continental. Esto, junto con otras innovaciones británicas, como el bote salvavidas lanzado desde el aire, ayudó a salvar a innumerables pilotos de una muerte segura.

En la primavera de 1943, los británicos tenían cuatro escuadrones con veinte aviones cada uno dedicados al rescate aéreo. Al final de la guerra, el servicio de rescate aéreo británico salvó más de 13.000 vidas y se convirtió en una de las mayores organizaciones de este tipo del mundo.

Fuentes

  1. en.wikipedia.org
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