Los brasileños hablan portugués y no español. Siendo el único país de Sudamérica que habla oficialmente este idioma, hay una historia intrigante detrás de esa pieza única del patrimonio cultural.
Todo comienza con el Papa, un tratado y un continente por descubrir… Después de que Cristóbal Colón “descubriera” el nuevo mundo, España y Portugal se lanzaron a colonizar esas nuevas tierras. En un intento de frenar a su rival, España buscó el apoyo del Papa, el español Alejandro VI. Éste creó una línea de demarcación para dividir las reclamaciones de las naciones como parte del Tratado de Tordesillas en 1494.
Cuando aún era temprano en la exploración del hemisferio occidental, los portugueses no debían saber exactamente a qué estaban renunciando cuando firmaron ese tratado con España. La línea de demarcación corría justo al este de Sudamérica y al norte del Océano Atlántico.
Los españoles estaban autorizados a explorar todo lo que estuviera al oeste de la línea, mientras que los portugueses sólo podían explorar las tierras que estuvieran al este de la misma, en su mayoría en mar abierto. Otros países ignoraron el tratado, pero éste permitió a los españoles explorar y colonizar grandes porciones de América del Norte, del Sur y Central.
Al darse cuenta de la situación, los portugueses renegociaron el tratado un año después y la línea se trasladó más al oeste. Así, Portugal pudo reclamar la zona que hoy en día es Brasil, tras ser descubierta por Pedro Álvares Cabral en 1500.
La reclamación fue ignorada en su mayor parte hasta que, alrededor de 1530, se descubrió que era una rica fuente de madera de Brasil (Pau-Brasil), de donde el país obtuvo su nombre.
Más tarde, los brasileños exploraron más hacia el interior para ampliar su territorio. Pero Brasil no estaba completamente a salvo de otros países invasores. En 1555, los franceses reclamaron la zona de Río de Janeiro como propia. Los portugueses la reclamaron en 1560, tras intensos combates.
Durante más de 200 años, Brasil fue una de las colonias más importantes del imperio portugués. Pero el 7 de septiembre de 1822, Brasil alcanzó la libertad de Portugal.
Dom Pedro, hijo del emperador Dom João y regente interino de su padre en la colonia, sumó su apoyo a los nacionalistas brasileños y declaró la independencia del país de la patria portuguesa. El acuerdo se formalizó en un tratado firmado por Brasil y Portugal en 1825.
Esta es la historia poco conocida de por qué los brasileños hablan portugués y por qué muchos aspectos de la cultura brasileña son claramente diferentes de los de sus vecinos hispanohablantes, desde la música hasta la cocina, las artes y mucho más.