Las erupciones volcánicas son un hecho común en la Tierra, pero la presencia de volcanes no es exclusiva de la Tierra. Todos los planetas rocosos interiores, así como una multitud de lunas, tienen pruebas de actividad volcánica pasada o actual.
En la Tierra, el mayor volcán (y la mayor montaña si se mide desde la base hasta la cima) es el Mauna Kea, con 10.210 metros de altura. Puede parecer alto, pero incluso las montañas más altas de la Tierra son diminutas si se comparan con un volcán concreto de Marte.
En Marte se encuentra el volcán más alto del sistema solar, un gigante llamado Monte Olimpo (Olympus Mons). Con una altura de 22.000 metros, es dos veces y media el tamaño del Monte Everest. El monte Olimpo tiene 324 kilómetros de diámetro. En cuanto a la superficie, el Monte Olimpo tiene 300.000 kilómetros cuadrados, lo que equivale aproximadamente a la superficie de Italia.
Curiosamente, a pesar de su tamaño, el Monte Olimpo es un volcán relativamente plano. La pendiente del monte Olimpo tiene una media de sólo cinco grados. De hecho, si uno se situara en la cima del monte Olimpo, su falta de pendiente y su tamaño harían imposible ver realmente cualquier pendiente. Más bien, parecería que se está sobre una superficie plana en lugar de la montaña más alta del sistema solar. Todos estos factores hacen que el Olympus Mons sea el mayor volcán conocido del sistema solar.
Los volcanes de Marte suelen ser más grandes que los de cualquier otro lugar del sistema solar. Hay dos factores principales que contribuyen a ello:
- La baja gravedad de la superficie de Marte
- La ausencia de placas tectónicas
Los volcanes de Marte se forman prácticamente igual que los de la Tierra. La roca fundida del manto es empujada hacia arriba para formar una montaña, con un vasto sistema de tubos que conecta la montaña con el magma del interior del planeta. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la Tierra y Marte. La corteza terrestre está dividida en placas separadas, que a su vez se desplazan por la superficie a medida que la roca parcialmente fundida fluye por debajo de la corteza. Este proceso se denomina tectónica de placas. Debajo de la corteza, en el manto, existen puntos calientes estacionarios que dan lugar a la formación de volcanes. Estos puntos calientes expulsan activamente el magma del manto a la superficie, formando un volcán en el proceso. Dado que la corteza está en constante movimiento, un punto caliente suele formar varios volcanes a medida que la corteza se aleja.
Se puede pensar en ello como una especie de cinta transportadora, en la que el magma sube a la superficie, forma un volcán, y luego la corteza se aleja de ese volcán y permite la formación de otro. Esto es lo que ocurre en la Tierra, pero Marte es una historia diferente. La corteza marciana no está dividida en placas separadas, por lo que Marte no experimenta ninguna tectónica de placas. Por lo tanto, tanto el punto caliente como la corteza que se encuentra sobre él son estacionarios. Un único punto caliente en Marte simplemente seguirá añadiendo material al mismo punto de la corteza, dando lugar a la formación de un único y gigantesco volcán. Además, la baja gravedad de la superficie de Marte permite que los volcanes alcancen un tamaño mucho mayor en un periodo de tiempo más corto que en la Tierra.
El monte Olimpo es un tipo de volcán llamado volcán en escudo. En lugar de formarse a partir de erupciones masivas, los volcanes en escudo se forman a medida que la lava fluye desde la cima del volcán hasta su base, solidificándose finalmente y haciendo que el volcán crezca en tamaño.
Por el momento, los científicos no saben si el monte Olimpo está activo o no. Los datos de los flujos de lava cercanos sugieren que el monte Olimpo experimentó pequeñas erupciones hace tan sólo dos millones de años, lo que es excepcionalmente corto en términos geológicos. Esto sugiere que el monte Olimpo puede estar todavía parcialmente activo, aunque se desconoce si en el futuro no experimentará una erupción a gran escala.