Mucha gente dice que La Habana (Cuba) y Cádiz (España) son ciudades gemelas. Calles, casas, edificios, gente, plazas, hasta los propios paseos marítimos el Malecón habanero y el Campo del Sur gaditanos… son casi idénticos. Si pudiéramos intercambiar ciertos elementos de ambos espacios, pocos se percatarían. De hecho, muchas películas ambientadas en La Habana han sido grabadas en Cádiz por la mayor facilidad de la logística. Pero ¿cuál es el motivo de tal semejanza?
La Habana y Cádiz parecen algo más que gemelas, ya que se reflejan en un espejo llamado Atlántico
Mientras que Cádiz es la ciudad más antigua de Europa occidental con restos arqueológicos datados en 3100 años, La Habana es una ciudad colonial fundada en 1519 por Diego Velázquez. Sin embargo, ambas ciudades tuvieron un desarrollo muy importante entre los siglos XVI y XVIII, creciendo paralelamente en ambas orillas del océano, y conservando en la actualidad núcleos históricos que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Similares son las fortificaciones de entrada blindadas que defendían la bahía cubana y las que protegían la ciudad peninsular del corsario inglés Drake y los posteriores ataques británicos. A lo largo del siglo XVI se construyeron los castillos de Tres Reyes del Morro, San Salvador de la Punta, el de la Real Fuerza en La Habana y el de Santa Catalina en Cádiz. Ya en el XVIII se añadieron, allí, el de San Carlos de la Cabaña, dotado de cañones fundidos en Barcelona que aún vigila el acceso a la bahía, y en Cádiz, el fuerte de San Sebastián.
La fortaleza del Morro fue dañada durante el asedio de la ciudad caribeña por los británicos en junio de 1762. En San Carlos fue encarcelado José Martí en enero de 1959 y el Che Guevara estableció provisionalmente su mando. Algunos independentistas latinoamericanos también pasaron como prisioneros por las celdas del castillo de Santa Catalina, en Cádiz, habilitado por Carlos III como prisión militar desde 1769.
También en Cádiz, el maestro Vicente Acero inició en 1722 la construcción de la catedral, finalizada por Juan Darra ciento dieciséis años después. Durante esos años se superpusieron los estilos: Barroco, Rococó y Neoclásico. Santa Cruz sobre el Mar, más conocida como la Catedral Nueva, está separada de la cercana Catedral Vieja por el antiguo palacio episcopal y por el pasillo del Obispo. En su cripta descansan el músico Manuel de Falla y el escritor José María Pemán.
La Catedral de la Inmaculada Virgen María de la Concepción, en La Habana, fue originalmente oratorio de los jesuitas, y no fue hasta 1778, una vez prohibida la orden, cuando se iniciaron las obras de transformación del oratorio de San Ignacio en catedral barroca. Las fachadas de ambos templos presentan sorprendentes similitudes.
No obstante, no sólo en cuestiones estéticas son semejantes. Estas ciudades encaran diversos desafíos de cara al futuro… Al turismo. La Habana resulta una ciudad grande, donde los espacios industriales se encuentren lejos de las zonas urbanas e históricas. Así ocurre con Cádiz. Como mismo La Habana transforma su zona portuaria para edificar un muelle que pueda recibir cruceros, Cádiz emprende labores similares.
Y es que La Habana y Cádiz se tienen la una a la otra como hermanas gemelas reflejadas en el espejo atlántico de por medio. El compositor granadino Carlos Cano resolvió dicho juego de espejismos con una frase que en España es ya un tópico cuando se habla de Cádiz, de la Habana, o de ambas a la vez: “la Habana es Cádiz con más negritos; Cádiz, la Habana con más salero”.