Franco y el cambio de hora
Corría el año 1940 y la Segunda Guerra Mundial hacía estragos. La Alemania nazi ocupaba ya Polonia, Noruega, Holanda, Bélgica, Francia… La Italia fascista ya se había unido a Adolf Hitler. Y el Führer quería el apoyo de España. Así que el 23 de octubre de 1940, Hitler tomó un tren hacia la frontera española para cortejar al dictador fascista español, Francisco Franco.
Pero España estaba en ruinas tras su propia Guerra Civil a finales de la década de 1930, y Franco no tenía mucho que ofrecer. Debido a eso, España mantuvo una posición oficial neutral, pero adelantó una hora los relojes españoles para alinearse con la Alemania nazi.
Desde entonces, aunque España está geográficamente alineada con Gran Bretaña, Portugal y Marruecos, sus relojes están en el mismo huso horario que países tan orientales como Polonia y Hungría.
¿Españoles trasnochadores?
Al tener una hora más que la correspondiente, en España, el sol sale “más tarde” y también se pone “más tarde” que en el resto de la zona horaria en la que se encuentra, llamada Hora Central Europea (CET).
Además de eso, los españoles duermen 53 minutos menos de media que el resto de los europeos. También trabajan más horas, pero con menor productividad. Se trabaja demasiadas horas, pero hay que parar al mediodía dos o tres horas, para luego terminar la jornada muy tarde.
Esa gran parada al medio día no es habitual en otros países. La gente vuelve a casa, se toma un buen almuerzo… La siesta es opcional, pero si tienes tiempo puedes hacerla. En muchos barrios españoles, no se puede tomar un café antes de las 9 de la mañana. La oficina de correos está abierta hasta las 9 de la noche y, por supuesto, hay que esperar aún más para que los restaurantes empiecen a servir la cena.
La siesta fue un elemento fijo en la vida española durante siglos. Antes del aire acondicionado, era una forma de sobrellevar las largas y calurosas tardes españolas. Hasta finales del siglo XX, España era relativamente pobre y los españoles tenían que trabajar en dos empleos, de ahí las largas horas.
Se trabajaba por la mañana en un solo empleo. Luego había que parar a descansar. Y luego había otro trabajo a última hora de la tarde y por la noche, con el fin de ganar suficiente dinero para sobrevivir. Se dice que es el origen de nuestro modo de vida actual.
Es una forma de vida que podría ser difícil de cambiar, especialmente en esta economía. La elevada tasa de paro y la precariedad laboral hace que los españoles trabajen más, desesperados por conservar sus empleos.
Los economistas dicen que el huso horario de España alimenta ese horario, y le cuesta caro al país. Debido a eso, los españoles tienen menos tiempo para la vida personal y familiar, dice la economista Nuria Chinchilla, que estudia el trabajo y la vida familiar en la escuela de negocios IESE. “Por eso nos estamos suicidando en España. Sólo tenemos 1,3 hijos por mujer. Y es porque no tenemos tiempo”.
Muchos expertos están presionando para que España vuelva al meridiano de Greenwich, o GMT, el huso horario en el que estaba antes de que Franco lo cambiara a principios de los años cuarenta. En las crisis, hemos visto que las empresas que son flexibles, que tienen horarios más racionales, son más productivas también - y son capaces de ser más flexibles en la forma de salir de la crisis. Ya es hora de que España decida cambiar su huso horario.