Cada año se celebra la fiesta de Los Indianos una festividad moderna que comenzó en los años 60 cuando se decidió parodiar la llegada de emigrantes canarios que regresaban a su país de origen después de haber hecho dinero en las Américas.
La fiesta está relacionada con la tradicional llegada de canarios procedentes de Latinoamérica cargados de oro y joyas en los siglos XVIII, XIX y XX. En un guiño cómico a la ostentación de los ricos, la dramática celebración implica que los participantes se pongan trajes blancos adornados con innumerables accesorios.
Tras el primer año del Carnaval de Los Indianos, en el que la participación fue modesta, sólo se disfrazaba la familia Cabrera Santos y algunos amigos, la celebración fue creciendo en popularidad. La población local vio en el evento algo con lo que podía identificarse y se desarrolló un sentimiento de impulso y entusiasmo.
Se corrió la voz. Pronto se unieron a la fiesta fiesteros de otras partes de las Islas Canarias fuera de La Palma. Luego vinieron juerguistas de la España peninsular. En el año 2000, la noticia de la originalidad del carnaval apareció en importantes publicaciones como* El Viajero, El País, National Geographic* y el prestigioso periódico británico The Guardian.
Hoy en día la fiesta de La Palma, de la que Los Indianos constituye una parte importante, se encuentra entre los 10 mejores festivales de Europa en su género. Durante el periodo de carnaval la población de La Palma se multiplica por cuatro.
La sección de Los Indianos del Carnaval de La Palma comienza realmente el domingo con Los Indianitos, un evento diseñado específicamente para los niños. El lunes de la fiesta las familias se disfrazan y se reúnen desde muy temprano. Hacia las 9 de la mañana las bandas se reúnen en torno a La Alameda, la Plaza de Santo Domingo y la Plaza de España de la capital palmera. A las 9.30 horas los fundadores de la Escuela Municipal de Teatro, Antonio Abdo y Pilar Rey, junto con la familia Cabrera, ponen en escena La Espera que es una parodia de la recepción de los indianos que tiene lugar en el atrio del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma.
La Negra Tomasa es una figura simbólica importante durante las fiestas, y otro punto de encuentro durante el evento es la casa de La Negra Tomasa, que se encuentra en la calle San José. Los asistentes a la fiesta se agolpan en el patio para ver a Víctor Lorenzo Díaz Molina, más conocido como Sosó, interpretar el papel de La Negra Tomasa. “Ahora es tanta la gente que viene a verme al festival que tienen que enviar un jeep para llevarme al puerto y así poder abrirme paso entre la multitud”.
Una vez en el puerto, La Negra Tomasa se sube a un barco y recorre la costa antes de volver a puerto en la Estación Marítima. La llegada a puerto es el momento en que La Negra Tomasa tiene la oportunidad de recrear la llegada de los indianos. En el puerto, La Negra Tomasa es recibida por una multitud, así como por el alcalde y otro funcionario encargado del carnaval. “[La multitud] me ha hecho llorar de emoción”, dice Víctor Lorenzo Díaz Molina. Como uno de los protagonistas de la fiesta desde hace veinte años, Víctor Lorenzo Díaz Molina fue elogiado por el gobierno local en 2018 con la Medalla de Oro de Santa Cruz de La Palma. Posteriormente, en 2019, como una muestra más de la importancia fundamental que juega La Negra Tomasa en el festival, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma encargó a Juan Carlos Martín, diseñador habitual de la Escuela Municipal de Teatro y Danza, la creación de un traje de La Negra Tomasa en el Taller Municipal de Costura.
La indumentaria es una parte tan vital del Carnaval de Los Indianos que el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma puso en marcha en 2006 unos talleres especiales de indumentaria de Los Indianos. “Queríamos desarrollar un entorno que permitiera cuidar adecuadamente los trajes. Son una parte vital del carnaval y queríamos que fueran auténticos, por lo que tuvimos que consultar a historiadores”, dice Raquel de Paz. Los trajes son tan importantes que los diseñadores llegan incluso a decorar especialmente los zapatos de los asistentes a la fiesta. Se fabrican sombreros de pamela, fascinadores y otras prendas originales para la cabeza. También son importantes las cadenas de relojes y las joyas, entre otros artículos de lujo. “Los puros cubanos son típicos”, dice Raquel de Paz. Los billetes completan muchos atuendos. A menudo se ven sobresalir de los trajes de los juerguistas, especialmente de los bolsillos, los sombreros y las maletas.
La culminación del Carnaval de Los Indianos tiene lugar en torno al mediodía del lunes, cuando La Negra Tomasa llega a la Plaza de la Negra Tomasa. El mascarón de proa de la fiesta realiza un baile cómico ante el júbilo de los miles de asistentes. A continuación, el alcalde, el cónsul de Cuba para las Islas Canarias y el funcionario encargado de la fiesta descubren la placa que rebautiza la Plaza de España como Plaza de La Habana por un día en honor a la celebración.
Durante el Carnaval de Los Indianos el gobierno local reparte 5.000 envases de talco que los asistentes a la fiesta pueden lanzarse unos a otros. El lanzamiento de polvos de talco comienza a primera hora de la tarde del lunes en la Avenida de Los Indianos. Todo el mundo acaba embadurnado de pies a cabeza con polvos blancos (esta tradición está relacionada con una secta cubana del siglo XIX, el ñañiguismo). El Carnaval de Los Indianos continúa hasta la madrugada del martes. Durante las últimas horas de la fiesta hay actuaciones de diversa índole para el público en la Plaza de La Alameda y el Recinto Central del Carnaval.