En Extremadura, a pocos kilómetros al sur de Badajoz, encontramos la pequeña ciudad de Olivenza (u Olivença) que tiene una historia muy interesante. En la actualidad, la ciudad forma parte de España, pero en el pasado fue portuguesa…
Al este de la raia (frontera)
Aunque el río Guadiana presenta una frontera natural que separa España de Portugal, Olivença, que se encuentra en el lado este, formó parte de Portugal desde 1297 hasta 1801.
Fue durante la Guerra de las Naranjas, en el contexto del conflicto entre Gran Bretaña y Francia, cuando las tropas francesas y españolas dirigidas por Manuel de Godoy se dirigieron a conquistar Lisboa, pero no lo consiguieron. Sin embargo, sí que se apoderaron de algunos lugares fortificados, como Olivença.
La guerra llegó a un punto muerto y se ofreció a Portugal un acuerdo que pasaría a llamarse como el Tratado de Badajoz (1801). En este tratado, Portugal reconocía la pérdida de Olivença, además de cerrar sus puertos a Gran Bretaña.
Cuando se firmó el Tratado de Badajoz el 6 de junio de 1801, España se quedó con Olivenza
Más tarde, en el Tratado de Viena, firmado por Portugal y España en 1817, se estableció que los países implicados debían “esforzarse con el mayor empeño conciliador para devolver Olivença a la autoridad portuguesa”. Pero los españoles no demostraron demasiado interés en devolverla, ni los portugueses por recuperarla… Por lo que quedó en un limbo diplomático.
Según España, el Tratado de Badajoz nunca ha sido revocado, por lo que Olivenza pertenece a España. Según Portugal, el Tratado se revocó automáticamente cuando España invadió Portugal en la Guerra Peninsular de 1807, ya que esto rompió los términos del Tratado de Badajoz. Portugal también argumenta que el artículo 105 del Tratado de Viena de 1815 establece que España debe devolver Olivenza a Portugal.
España firmó el tratado en 1817, pero no cree que eso sea lo que dice el artículo 105. Curiosamente, Portugal tampoco ha hecho nunca una reclamación formal para intentar recuperar Olivenza.
Obviamente, fue un asunto importante en 1817, cuando Portugal incluyó el Artículo 105 en el tratado, pero como no lo ha reclamado en más de 200 años, es poco probable que lo haga pronto. Dicho esto, Portugal nunca ha reconocido oficialmente que Olivenza forme parte de España, y la cuestión aparece de vez en cuando en la política portuguesa.
A principios de este siglo, cuando se estaba construyendo el nuevo puente sobre el río, Portugal se negó a financiarlo por miedo a que significara reconocer dónde estaba la frontera entre Portugal y España. La UE intervino para pagar la cuenta. Portugal impidió entonces a España restaurar el antiguo y arruinado Ponte da Ajuda, del siglo XVI, temiendo una vez más que ello supusiera reconocer la nueva frontera.
Olivenza - cultura española con raíces portuguesas
Aunque hay muchos puntos en común entre el sur de España y Portugal, sobre todo en términos culturales y arquitectónicos, la cultura de Olivenza es reconociblemente más española a día de hoy. Tampoco es de extrañar, forma parte de España desde hace más de 200 años.
Todo el mundo habla español con una acento marcadamente extremeño, los menús anuncian tapas y raciones, y las calles tienen nombres españoles (al menos la mayoría).
Eso sí, muchas personas que viven en Olivenza tienen ascendencia portuguesa y cuentan con doble nacionalidad. Además, aunque el portugués estuvo prohibido durante la dictadura de Franco, ahora se enseña en las escuelas y muchos locales lo hablan con fluidez.
La gente está orgullosa de la influencia portuguesa en la ciudad, pero no hay ningún movimiento para volver a formar parte de Portugal. En Portugal, sin embargo, hay algunas organizaciones de base, como el Grupo dos Amigos de Olivença, que hacen campaña para que Olivenza vuelva a ser Olivença. El Gobierno portugués, aunque no se pronuncia mucho al respecto, también financia las clases de portugués en las escuelas de Olivenza.
Hoy en día, este tipo de disputas suelen resolverse mediante referendos. Escocia celebró uno en 2014 y Gibraltar tuvo referendos de soberanía en 1967 y 2002. Sin embargo, si Olivenza celebrara uno, es poco probable que la gente votara a favor de volver al dominio portugués: menos del 5% de su población se considera portuguesa.
Para la mayoría de los residentes, la herencia portuguesa es algo de lo que sentirse orgullosos, pero las fronteras ya están trazadas y es mejor mirar al futuro que al pasado.