Chap Goh Mei es el Día de San Valentín chino, el día en que los solteros lanzan naranjas a los ríos, lagos y mares, con la esperanza de empezar el año encontrando el amor.
El día 15 del Año Nuevo Lunar, las chicas chinas solteras de la isla malaya de Penang se reunían en la playa e inundaban el estrecho de Malaca con naranjas. Esta singular tradición, que con suerte les traería un cónyuge, se originó en George Town a finales del siglo XIX y se practica hasta hoy.
Las chicas escriben su nombre, su deseo y su número de teléfono en una naranja que luego arrojan al agua con la esperanza que el hombre ideal la recoja en el Chap Goh Mei. Los chicos recogen las naranjas y elegirán a qué chica les gustaría llamar.
En la noche de Chap Goh Mei, miles de deseos flotan en el mar frente al Fuerte Cornwallis de George Town. El fuerte en pie más grande de Malasia es tan antiguo como la tradición de lanzar naranjas y forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Un lugar romántico para sueños románticos.
Lanzar naranjas al mar en Chap Goh Mei (que significa literalmente decimoquinta noche, en dialecto hokkien) es una tradición china que no se encuentra en ningún otro lugar de China. Todos los chinos celebran el inicio del Año Nuevo Lunar, pero la comunidad china de Malasia reclama los orígenes de esta tradición.
Sin embargo, las naranjas presentan el capital simbólico de la celebración. El primer día del Año Nuevo chino, la gente visita a sus familiares y amigos. A menudo traen regalos; las naranjas están ahí para simbolizar la riqueza. Las naranjas son símbolos chinos de oro y riqueza. Pero en la decimoquinta noche del Año Nuevo Lunar está permitido arrojarlas al mar. Los chinos de Malasia cierran el ciclo de celebraciones el último día del Año Nuevo, el día 15, transformando esta fruta dorada en un cebo para el amor.
El origen de la tradición no está del todo claro, pero algunos afirman que procede de un proverbio chino: “Tim kam, keh hor ang. Tim kor, chuar hoe bor” que se traduce como “Lanza una mandarina, cásate con un buen marido. Lanza una manzana, cásate con una buena esposa”.
Antiguamente, a las jóvenes no se les permitía salir. Pero en Chap Goh Mei, esta prohibición desaparecía. Las chicas podían salir a pasear por las calles y visitar los templos sin sus padres, siempre que las acompañaran sus doncellas. Se vestían con sus mejores galas porque sabían que los chicos las buscarían. La leyenda decía que la casamentera de la luna les ataba cordones rojos del destino alrededor de las piernas, lo que unía a la pareja.
Hoy en día, una naranja cuesta 2 ringgits (40 céntimos) y todo el mundo lanza naranjas: chicas, chicos, solteros, casados… Lo que supone un excelente negocio para los puestos del mercado que se alinean en Gurney Drive.