Nuestra galaxia, la Vía Láctea, recibió su nombre por su aspecto. La Tierra forma parte de esta galaxia que incluye estrellas, planetas, asteroides, lunas y otros.
Los antiguos griegos, que observaron las tenues estrellas dispersas en el espacio, las calificaron de derrame de leche o galaxias kuklos. Al observar la Vía Láctea por la noche, parece una banda de luz blanca y la parte más visible es el plano galáctico.
En 1920, los astrónomos sostenían la teoría de que la Vía Láctea tenía todas las estrellas de la galaxia hasta que el astrónomo Edwin Hubble descubrió una estrella especial llamada variable cefeida. Sus observaciones se produjeron en el marco de un debate académico entre Harlow Shapely y Heber Curtis sobre la composición de la galaxia y contribuyeron a demostrar que la Vía Láctea es sólo una de las muchas galaxias que se extienden por el espacio.
La teoría del Big Bang es una de las teorías utilizadas para describir los orígenes de la Tierra y se ha utilizado para explicar cómo se formó la Vía Láctea. Tras el Big Bang que distribuyó la masa de los cúmulos globulares que formaron los planetas, los restos formaron las estrellas. La generación de estrellas fue la responsable de la formación del disco espiral. Los cúmulos y las estrellas forman el halo de la Vía Láctea. La mitad de la materia de la galaxia proviene de otras galaxias y se fusionan con estrellas de galaxias más pequeñas y también grandes.
La galaxia de la Vía Láctea tiene un diámetro que oscila entre 100.000 y 180.000 años luz y su distancia al centro galáctico es de aproximadamente 27.000 años luz. El número de estrellas de esta galaxia es de entre 100.000 y 400.000 millones y se cree que tiene 100.000 millones de planetas, incluida la Tierra, que orbitan en el centro a una velocidad de 220 kilómetros por segundo.
Las estrellas absorben y liberan cantidades increíbles de energía. La galaxia tiene suficiente gas y polvo para formar aún más planetas. Algunas de las estrellas de la galaxia son mucho más antiguas que el Sol, que tiene 4.500 millones de años.
La estructura de la Vía Láctea se asemeja a una espiral barrada, a diferencia de otras galaxias, y esto se confirmó en 2005 durante una observación realizada por astrónomos con el telescopio espacial Spitzer. La barra central parecía más grande de lo que se había predicho antes. Un enorme agujero negro forma su centro y se estima que es cuatro millones de veces mayor que el sol. Scutum-Centaurus y Perseo son dos brazos espirales mayores del núcleo galáctico y poseen estrellas jóvenes y viejas. Sagitario y Norma son brazos menores y en ellos se encuentra gas y estrellas jóvenes.
Los astrónomos han predicho que, dentro de unos 5.000 millones de años, la Vía Láctea colisionará con la Galaxia de Andrómeda.