Bangkok es un lugar imprescindible de Tailandia. Tiene espacios culturales, comida fabulosa, vida nocturna y excursiones de un día increíbles. En este artículo vamos a hablar de la visita a los famosos mercados flotantes de Damnoen Saduak.
Mercados flotantes de Damnoen Saduak
Como ya sabrás, los tailandeses tienen un gran aprecio por sus canales, que ellos llaman khlong. De hecho, hasta el siglo XX, los ríos y canales que cruzaban la capital eran el principal sistema de transporte de Bangkok y la razón por la que la ciudad era apodada la “Venecia del Lejano Oriente”. En la actualidad, la mayoría de los khlong se han pavimentado y los viajeros se han pasado a las carreteras y ferrocarriles de la capital.
Aun así, aún quedan algunos canales de toda la vida. Los viajeros pueden utilizar el Chao Phraya Express y otros servicios de barco en los khlong supervivientes de Bangkok, y los mercados flotantes como el de Damnoen Saduak siguen teniendo mucha afluencia de personas.
El mercado flotante de Damnoen Saduak, establecido en el khlong del mismo nombre que une los ríos Mae Klong y Tha Chin, es una institución turística tailandesa que opera (casi) exclusivamente sobre el agua. Los vendedores ponen sus puestos en barcas y tienen productos agrícolas, productos secos, recuerdos y comida callejera, etc.
El mercado se encuentra a unos 100 km al oeste de Bangkok, y solo abre por la mañana, de 7 a 11 horas.
Por tanto, para visitar el Mercado Flotante de Damnoen Saduak hay que madrugar; muchos turistas salen de su hotel de Bangkok antes de las 6 de la mañana para hacer el viaje de una hora hasta el khlong.
Una de las mejores formas de visitarlo es con una excursión guiada:
- Esta visita el mercado flotante y el mercado que está en medio de las vías del tren.
- Esta excursión además visita las ruinas de Ayutthaya.
También podemos ir por cuenta propia mediante transporte público y reservar un barco:
- Para ir en transporte público la mejor opción es coger el autobús 78 desde la terminal sur de autobuses de Bangkok o Sai Tai Mai. El trayecto dura aproximadamente una hora y media. Algunos vendedores te harán creer que no puedes ir andando desde la parada del autobús hasta el mercado y que tendrás que alquilar una barca para llegar a él, nada más bajar. Esto no es cierto, tendrás que dar un paseo de 10 minutos hasta llegar al mercado donde podemos alquilar una barca a mejor precio.
- Antes de reservar barco debemos tener en cuenta que a veces es difícil encontrar un precio justo. Es posible que nos cobren más de 2.000 baht (unos 60 euros) por una excursión de dos horas. Y una vez que te has desplazado hasta allí, no nos compensa volvernos sin disfrutar del mercado. Por tanto, suele salir a cuenta ir en una excursión planificada.
Una vez en el khlong viajaremos en una pequeña embarcación de madera en la que caben unas cuatro personas (sin incluir al piloto); la visita incluirá un recorrido por el mercado flotante propiamente dicho, también conocido como Ton Khem, y el mercado flotante paralelo llamado Talaat Hia Kui, donde los puestos en tierra venden una selección de recuerdos kitsch.
Los vendedores, ataviados con ropa de trabajo de color añil y sombreros de paja de copa plana, ofrecen productos como hierbas y especias locales, frutas como el durián y el mangostán (no dejes de probarlos), y una gran variedad de souvenirs. Conviene regatear, ya que los precios originales están inflados para los turistas.
Tampoco es recomendable comprar ropa. Los precios de la ropa en el mercado flotante de Damnoen Saduak son desorbitados. A veces cuestan cuatro veces más que en el mercado de fin de semana de Chatuchak o en uno de los mercados nocturnos de Bangkok.
Las ancianas cocinan en sus barcas y te dan los platos para que los comas. Pad Thai, sopa Tom Yum, rollitos de primavera, arroz frito y albóndigas chinas forman parte del menú. El precio de los platos puede oscilar entre 10 y 70 baht (a partir de 30 céntimos). Por tanto, es el lugar ideal para desayunar. No hace falta que desayunes deprisa y corriendo en el hotel. Eso sí, recuerda comer alimentos que se cocinen delante nuestro, evita los que parezcan llevar tiempo fuera. Las frutas -una vez peladas- son seguras y merece la pena probarlas… todas.
Cerca del mercado flotante, podemos visitar otros lugares. Los amantes de la gastronomía disfrutarán en la cercana granja de azúcar de coco, donde podrán conocer de primera mano el proceso de elaboración del azúcar a partir de la savia de la palmera cocotera, y el templo Wat Rat Charoen Tham introduce a los turistas culturalmente curiosos en la práctica religiosa local, hasta conocer a los monjes budistas locales.
También podemos preguntar si nos pueden llevar por algunos de los canales residenciales de los khlongs locales, para ver cómo viven y trabajan los tailandeses junto al agua.
Los canales, aunque congestionados como locos a veces, te proporcionan una experiencia única e inolvidable de la cultura y el espíritu locales. Sin embargo, es bastante turístico. Si quieres ver un mercado flotante más auténtico, puedes visitar el mercado flotante de Amphawa. A diferencia de Damnoen Saduak, Amphawa sólo funciona los fines de semana por la noche. Los artículos que se venden en Amphawa reflejan más el modo de vida local que el de los turistas: más productos, fruta y artesanía tradicional de origen ético.
Aun así, desde mi punto de vista, merece mucho la pena visitar los Mercados flotantes de Damnoen Saduak por su atmósfera.