El mundo está en constante cambio. Muchas civilizaciones surgen y caen en cada rincón de la historia, desde la antigua Roma hasta la Gran Bretaña colonial.
El siglo XX fue el siglo de las guerras: dos guerras mundiales, una guerra fría, la guerra de Vietnam, la guerra de Corea, innumerables revoluciones, guerras civiles y genocidios que se extendieron durante todo el siglo XX.
A la cabeza de toda la agitación y el derramamiento de sangre se encontraban dos superpotencias que se consideraban la cúspide de la fuerza y la superioridad: los Estados Unidos de América (EE.UU.) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) o la Unión Soviética para abreviar.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el mundo estaba disperso y la mayoría de los países afectados intentaban recuperar las enormes pérdidas de la posguerra. La guerra fría fue una consecuencia directa de la segunda gran guerra que enfrentó a las dos superpotencias mundiales en un intento de convertirse en la única fuerza importante del mundo.
Desde el comienzo de esta lucha de 45 años por el poder, sólo era posible una resolución: uno de los dos gigantes tenía que caer para que el otro pudiera prevalecer. Como muestra la historia, la disolución oficial de la URSS el 26 de diciembre de 1991 marca el final de la guerra fría, pero ¿qué razones llevaron al debilitamiento y eventual disolución del imperio comunista soviético?
Motivos que precipitaron el final de la Unión Soviética
Desarrollo nuclear
El final de la Segunda Guerra Mundial llegó en forma de explosión de nubes atómicas sobre los territorios japoneses, lo que empujó a la Unión Soviética a desarrollar sus propias armas nucleares para afirmar su dominio sobre su competencia occidental. Este tipo de material no es fácil ni barato de conseguir, y los soviéticos gastaron millones con la esperanza de ganar la carrera nuclear contra Estados Unidos, que ya tenía bombas en funcionamiento que utilizó en Hiroshima y Nagasaki en el verano de 1945. Este tipo de gasto hizo mella en la economía de la URSS, lo que dio paso a un aumento de la pobreza y la frustración entre su pueblo.
La guerra de Afganistán
La Unión Soviética tenía más de 15 países diferentes bajo su dominio, pero también intentaron dar apoyo a otros movimientos progresistas de todo el mundo. Por eso mandaron a su ejército a Afganistán para ayudar a defender el gobierno del país de la amenaza de los islamistas radicales.
Cuando Estados Unidos se dio cuenta, pensaron que el enemigo de mi enemigo es mi amigo y firmaron un cheque en blanco para proveer de armamento y entrenamiento a los grupos de yihadistas que llegaron a ser conocidos como “talibanes” para que lucharan contra el ejército rojo y se resistieran a la expansión comunista.
La guerra de Afganistán fue increíblemente agotadora para la economía del imperio, ya que las guerras no son baratas y requieren grandes cantidades de mano de obra.
El desastre de Chernóbil supuso un mayor gasto de dinero
Tras la explosión nuclear de Chernóbil, más de 100.000 personas fueron evacuadas de las ciudades circundantes para minimizar la exposición y, finalmente, contener la propagación de la radiación de la fuga nuclear. El incidente no sólo tuvo un enorme impacto negativo en la economía soviética, sino que también paralizó una de las ciudades más utópicas de la URSS, Prypyat, y la convirtió en una ciudad fantasma. Esto sembró la semilla de la duda en los corazones de la población soviética. La mayor consecuencia fue la percepción exterior hacia el imperio que perdió credibilidad tras el incidente que persiguió a la nación durante todo un siglo debido al envenenamiento por radiación.
Unir diferentes culturas bajo una misma bandera es difícil
Cuando diferentes culturas chocan, suelen acabar de dos maneras: o bien aprenden y comercian entre sí, o bien se instala una agitación constante que se convierte en la norma. Si la URSS diera a sus países hermanos la libertad de mantener sus identidades y su patrimonio, la paz podría haber sido una opción en tiempos de crisis.
En cambio, muchos de los países querían gobernar de forma independiente, de acuerdo a sus tradiciones y patrimonio; y bajo Gorbachov, tuvieron la oportunidad de hacer exactamente eso, lo que sentó las bases de la caída de la Rusia comunista.
La economía del Imperio Soviético estaba en ruinas
En un intento de salvar su economía, los funcionarios soviéticos hicieron todo lo posible para que su pueblo no se muriera de hambre y funcionó (temporalmente). Después de un enorme aumento de su economía, la Unión Soviética sufrió uno de los más duros desplomes económicos de la historia: el pueblo soviético perdió sus casas, se murió de hambre y estaba desesperado por cualquier cambio que le aliviara de la inanición y la pobreza. La URSS no sólo perdió el dominio económico, sino que también perdió la fe de la población en el gobierno, lo que condujo a su inminente caída.
El sueño marxista de Lenin se convirtió en una pesadilla
Tras la revolución soviética, luchó contra la esclavitud de las clases y la burguesía con la esperanza de alcanzar la pura igualdad social entre el pueblo soviético.
Sus sucesores crearon una dictadura que favorecía a los militares y políticos de alto rango frente a la población en general. Para ponerlo en números: más del 80% del pueblo soviético se encontraba en una profunda pobreza mientras que el 20% de la élite vivía a lo grande y con lujo.
Esta brecha alimentó la rabia hambrienta de la población y dio lugar a protestas y movimientos contra el gobierno, que se vieron agravados por la recién instaurada libertad de expresión de Gorbachov.
Por fin la prensa era libre
En su intento de alcanzar la transparencia con su pueblo, Gorbachov permitió la libertad de expresión para todo el mundo, lo que creó una tormenta democrática. Dar al pueblo soviético la libertad de hablar contra la tiranía después de tantos años de opresión produjo resultados inesperados.
En lugar de centrarse en el presente, como esperaba Gorbachov, la prensa se centró en el pasado y en todas las atrocidades que hicieron sus predecesores para mantener el control, lo que dio lugar a un movimiento democrático contra el partido comunista. El hecho de que Gorbachov permitiera a los partidos no comunistas formar parte del sistema de gobierno desestabilizó lentamente el control comunista en la Rusia soviética, lo que marcó el principio del fin.
Lituania abandona la Unión Soviética
Tras los acontecimientos del intento de transparencia de Gorbachov, Lituania aprovechó la debilidad de la URSS para rebelarse y exigir su independencia. La inacción pacífica del ejército rojo empujó a los demás países oprimidos a refutar el régimen comunista y lograr la independencia de la URSS.
Casi todos los países lograron su independencia sin una sola baja, aunque desgraciadamente para Rumanía no fue así. Ceaușescu, el líder del partido comunista en Rumanía no compartió el acto de apertura de Gorbachov y en su lugar se enfrentó a la revolución con agresión y opresión, lo que empujó a su ejército a rebelarse contra él. Finalmente, fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento.
El muro de Berlín
Un par de décadas después del final de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética construyó un muro que separaba Berlín creando un lado occidental capitalista y un lado oriental comunista para impedir que los alemanes del este disfrutaran del botín del capitalismo. Esta separación no sólo dividió a los vecinos, los amigos y las familias, sino que también dividió ambas economías, lo que dio lugar a una clara visión de la diferencia entre el capitalismo estadounidense y el comunismo de la URSS.
En 1991, casi 30 años después de la separación, el muro fue finalmente derribado. Alemanes de toda la ciudad se reunieron en el muro y procedieron a romper el velo que separó su capital durante más de 3 décadas. En este momento, la URSS se mostró claramente al mundo como débil y vulnerable, lo que llevó al discurso final de Gorbachov como líder del partido.
Adiós a la URSS
El 26 de diciembre de 1991, Gorbachov pronunció un discurso para intentar explicar lo que había ido mal. Sus palabras transmitían un aire de arrepentimiento y decepción, ya que todos los planes que puso en marcha fracasaron masivamente, convirtiendo el otrora glorioso imperio en una sombra de lo que fue. Gorbachov declaró que el comunismo ha fracasado y que el pueblo ruso llevará a su país a un futuro democrático mucho mejor. Con estas palabras, Gorbachov dimitió como jefe de Estado, a lo que siguió la disolución definitiva de la URSS un día después.